El sur de Francia fue elegido como lugar para construir el reactor termonuclear de fusión más ambicioso del mundo actual, en el que colaboran conjuntamente China, la Unión Europea, India, Japón, Corea, Rusia y los Estados Unidos

Todos estos países están trabajando unidos para lograr romper una de las mayores barreras en la ciencia; reproducir en la Tierra la energía ilimitada que alimenta el Sol y las estrellas.

ITER tiene como principal objetivo la investigación y demostración de la combustión de plasmas. Fusionando núcleos ligeros de los isótopos deuterio y tritio de hidrógeno, conseguimos núcleos de helio y una pequeña pérdida de masa que supone una gran liberación de energía.

El proyecto energético más ambicioso del mundo espera construir el Tokamak más grande del mundo. Un reactor de fusión termonuclear que ha sido diseñado para demostrar la viabilidad de la fusión como una fuente de energía a gran escala y libre de carbono.

Miles de ingenieros y científicos han contribuido al diseño de ITER desde que se lanzó por primera vez la idea de un experimento conjunto internacional de fusión en 1985.

También esperan probar la disponibilidad e integración de tecnologías esenciales para un reactor de fusión y la validez de los conceptos de módulos de reproducción de tritio que conducirían a un futuro autosuficiente.

Con todas estas ambiciones para el proyecto energético más grande del mundo, todos los países colaboradores están comprometidos a 35 años con la esperanza de construir y operar el ITER, y juntos llevar la fusión hasta el punto en que se pueda diseñar un reactor de fusión de demostración.

Este diciembre, OPYCE ha hecho una visita a las instalaciones del sur de Francia para conocer el proyecto así como el estado actual de construcción del ITER, el mayor proyecto energético del mundo.